En el episodio 17 de Cuentos para Tejer Sueños
compartimos el cuento intitulado ‘Cómo se hizo la lluvia’.
Cuentan que hace muchísimo tiempo una gota de agua se cansó de estar en el mismo lugar y quiso viajar por los aires como los pájaros, para conocer el mundo y visitar otras tierras. Desde entonces, cuando llueve, significa que cada gotita de agua ha venido a buscar a sus amigas para invitarlas a jugar en el cielo.

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Episodio 17 de Cuentos para Tejer Sueños: ‘Cómo se hizo la lluvia’
Cuentan que hace mucho, muchísimo tiempo, una gota de agua se cansó de estar en el mismo lugar y quiso navegar por los aires como los pájaros, para conocer el mundo y visitar otras tierras.
Tanto fue el deseo de la gotita de agua, que un día le pidió al Sol que le ayudara:
-“¡Astro rey, ayúdame a elevarme hasta el cielo para conocer mejor el mundo!”-.
Y así lo hizo el Sol. Calentó la gotita con sus rayos, hasta que poco a poco, se fue convirtiendo en un vapor de agua. Cuando se quedó como un gas, la gotita de agua se elevó al cielo lentamente.
Desde arriba, pudo ver el lugar donde vivía, incluso más allá, puedo ver otros rincones del mundo, otros mares y otras montañas. Anduvo un tiempo la gotita de agua allá en lo alto. Visitó lugares desconocidos, hizo amistades con los pájaros y de vez en cuando algún viento la ponía a danzar por todo el cielo azul.
Sin embargo, a los pocos días, la gotita comenzó a sentirse sola. A pesar de contar con la compañía de los pájaros y la belleza de la tierra vista desde lo alto, nuestra amiga quiso que otras gotitas de agua le acompañaran en su aventura, así que decidió bajar a buscarlas y compartir con ellas todo lo que había vivido.
-“¡Viento, ayúdame a bajar del cielo para ir a buscar a mis amigas!”-
Y el viento así lo hizo. Sopló y sopló un aire frío que congeló la gotita hasta volverse más pesada que el aire, tan pesada, que pronto comenzó a descender desde las alturas.
Al aterrizar en la tierra, lo hizo sobre un campo de trigo, donde había muchas gotitas que recién despertaban hechas rocío mañanero.
-“¡Queridas amigas, acompáñenme hasta el cielo!”- gritó la gotita y todas estuvieron de acuerdo. Entonces, el Sol las elevó hasta lo alto donde se convirtieron en una hermosa nube, pero al pasar el tiempo, las gotitas quisieron bajar nuevamente a contarles a otras gotitas sobre lo que habían visto.
Y desde entonces, siempre que llueve, significa que cada gota de agua ha venido a buscar a su amiga para jugar y bailar en el cielo.