En el episodio 32 de Cuentos para Tejer Sueños
compartimos el cuento intitulado ‘El mago de Oz’.
Este relato nos invita a reflexionar sobre cómo la fuerza de nuestras creencias y pensamientos nos ayude a alcanzar nuestros deseos.

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Episodio 32 de Cuentos para Tejer Sueños: ‘El mago de Oz’
Esta es la historia de una niña llamada Dorita que es arrastrada cielo arriba por un tornado que aparece de la nada, ante la vista sorprendida de sus tíos. La nena y su mascota Totó se alejan sin dejar rastro de su paradero.
Es así como Dorita y Totó llegan a una tierra donde reinaba la fantasía. En este lugar, la niña se hace amiga de un hombre de hojalata, un espantapájaros, un león y otros personajes increíblemente pintorescos con los que tiene gran cantidad de aventuras increíbles.
Al principio, Dorita sintió miedo sin sus tíos porque nunca había estado sola por tanto tiempo. Entristecida con la idea de no poder verlos nunca más, la niña pidió un deseo: encontrar el camino a su hogar. Pero el único personaje que podía resolver semejante situación era el mago de Oz. Entonces la niña emprende junto a su perro este largo recorrido para conocer al mago que los sacaría de apuros. Así se encuentra con un espantapájaros que necesitaba un cerebro y luego un hombre de hojalata que pedía un corazón. Hasta conocieron a un león tan cobarde que se moría de miedo con el perrito de Dorita.
Las aventuras de este grupo de personajes forman la historia de este cuento, ya que cada uno de ellos tiene un deseo muy fuerte por cumplir y poder ser felices. Todos juntos emprenden el camino esperando que el famoso mago de Oz los ayude.
Lo mas bonito de esta historia es que luego de innumerables aventuras cada uno de ellos conquistó sus metas, volviéndose más fuertes y confiados en sí mismos.
¿Quieres saber un poco mas de la historia? Pues aquí va:
El mago de Oz
Esta historia sucede en una granja de Kansas, EEUU. Se trata de una niña llamada Dorita que junto a su perro Totó, fue atrapada por un tornado y trasladada hasta tierras muy lejanas.
Para sorpresa de Dorita había llegado a un mundo poblado por seres extraños. ¡Tenía que encontrar el camino a su casa! Así fue preguntando cómo hacerlo hasta que un hada le recomendó consultar al mago de Oz.
¿Cómo hallarlo? -Sigue el camino de las baldosas amarillas- le dijo el hada.
En el recorrido para llegar hasta el mago de Oz, Dorita y su perro Totó se encontraron con un espantapájaros que clamaba por tener un cerebro. Al no poder ayudar a su nuevo amigo, la niña lo invitó a caminar juntos para encontrar al mago y pedirle un consejo.
También se les unió un hombre de hojalata. Este se encontraba triste porque quería un corazón y no encontraba la forma de solucionar su problema. Más tarde, hallaron a un león que a diferencia de los de su especie era tremendamente miedoso. Entonces, le invitaron a ver al mago de Oz para que le ayudara a vencer su timidez.
Después de mucho andar y vivir extraordinarias aventuras, Dorita, Totó, el espantapájaros, el hombre de hojalata y el león llegaron al país del mago de Oz donde fueron recibidos por un guardián. Tras preguntar qué querían, los dejó pasar.
El mago de Oz escuchó atentos los deseos de sus visitantes y les dijo que los ayudaría si vencían a una bruja que causaba muchas molestias a su reino. Los nuevos amigos aceptaron.
A salir para cumplir su tarea, los cinco amigos pasaron por un campo de amapolas y el aroma de estas flores los durmió. En ese momento, unos monos mensajeros de la bruja, los atraparan y los llevaran con ella.
Un poco por casualidad y otro poco por miedo, cuando Dorita vio a la bruja le lanzó un enorme tarro de agua a la cara. Al instante, la bruja se transformó en un charco de agua, porque esa era justo la solución para terminar con los hechizos que habían azotado al país del mago de Oz.
Al desaparecer la bruja, el hombre de hojalata, el león y el espantapájaros vieron cumplidos sus deseos. Sin embargo, Dorita y Totó no habían podido regresar a su granja en Kansas.
La curiosidad de Totó hizo que Dorita descubriera que el mago de Oz era un anciano que deseaba retirarse a un lugar donde pudiera reposar. Dorita lo siguió en esta travesía y juntos emprendieron un vuelo en globo.
La travesía cambió su rumbo cuando Totó se cayó del globo y ella saltó tras él. Mientras caía, Dorita escuchó como el hada le decía que pensara con mucha fuerza cuanto le gustaba estar en casa con sus tíos. La niña recordó esa alegre sensación pensando que: -¡No hay lugar más feliz que nuestra propia casa!
Al abrir sus ojos se encontró otra vez en Kansas. Escuchó la voz de sus tíos y corrió a abrazarlos bien fuerte. Dorita solo había estando soñando, pero vivió en ese mundo de fantasía una experiencia inolvidable.